Contar a los pequeños la Semana Santa

El Espíritu Santo y sus Dones

¿Qué es el Ramadán?


Como cada año, con ocasión de las fiestas del mes de Ramadán, celebradas con devoción por nuestros hermanos musulmanes, surgen ante nosotros muchas preguntas sobre su sentido y significado, sobre su origen y desarrollo. Ofrecemos a la comunidad cristiana unas breves respuestas sobre algunas de las preguntas que nos hacemos para así poder comprender y querer un poco más al pueblo que nos acoge.
¿Qué significa el término Ramadán?
El nombre de este mes deriva de la raíz semítica r-m-d con el significado de abrasarse, hacer sufrir, como referencia al calor del verano y a la dificultad del ayuno cuando el noveno mes del calendario islámico coincide en pleno verano.
¿Cuál es el origen del Mes de Ramadán?
Es el mes en el que fue revelado el Corán al profeta Muhammad. Ramadán es el único mes del calendario islámico que se menciona expresamente en el Corán (2, 185). En el Corán se habla en varias ocasiones del ayuno pero sólo una vez de su prescripción en el mes de Ramadán, el noveno de los 12 meses del calendario lunar islámico. Llama la atención el paralelismo entre la misión de Moisés y de Muhammad acompañada y sostenida por el ayuno del pueblo durante el momento de la revelación.
¿Cuáles son las fiestas más importantes durante este mes?
La fiesta más importante del mes de Ramadán es la Noche del Destino, la Layla al-Qadar, tal y como se describe en la sura 97 del Corán que recibe el nombre de Sura del Destino (Al-qadir). Se celebra una de las últimas noche impares del mes de Ramadán (la noche 25 o 27), recordando la noche de la revelación del Corán al profeta Muhammad. Es la noche más santa del año, en la que los musulmanes acuden durante toda la noche a las mezquitas donde se recita de manera interrumpida todo el texto del Corán recordando su revelación.
El mes de Ramadán termina con la fiesta de la ruptura del ayuno, (Aid al-Fitr), que tradicionalmente va acompañada de una fiesta familiar, la oración en la mezquita y una limosna ritual a los pobres. En Marruecos esta fiesta recibe también el nombre Pequeña Pascua (aid al-seghir).
¿Cómo se lleva a cabo el ayuno?
En el Corán y el los textos de la tradición (Hadith), se encuentran las regulaciones legales sobre el ayuno: abstenerse de cualquier tipo de alimento, bebida, tabaco, inhalación de perfumes, actividad sexual desde la primera comida del día antes de la salida del sol (al-sahur), hasta el momento en el que se rompe el ayuno con la comida del atardecer (al-iftar), después de la oración de la puesta del sol: "desde que se distinguen un hilo blanco y otro negro hasta que se confunden".
¿Quién está obligado a guardar el ayuno?
El ayuno es obligatorio a los largo de todo el mes de Ramadán para todos los musulmanes de ambos sexos que han alcanzado la pubertad. Los ancianos, enfermos, mujeres embarazadas o amamantando, los que están de viaje, están exentos del ayuno, y deberán cumplirlo más adelante en una ocasión propicia.
¿Cuál es el valor espiritual del Ramadán para los musulmanes?
La vida espiritual durante este tiempo de culto, va acompañada de una actividad social, familiar y moral más intensa, se recomienda el ejercicio de la limosna, se revaloriza la oración y la recitación del Corán.
Este mes tiene una fuerte dimensión espiritual para los musulmanes: el hambre recuerda la necesidad de los pobres sensibilizando a la gente con los hambrientos, para que todos puedan tener lo suficiente para comer. Es un momento de ascesis, autocontrol y superación de sí mismo y de ejercicio de la propia voluntad para dominar las pasiones, resistir el hambre, la sed, la necesidad de fumar... El ayuno enseña al hombre el principio del amor sincero de Dios, le inculca la paciencia y el altruismo, robustece la fuerza de voluntad ejercitando la paciencia y la perseverancia ante la voluntad, fomenta el auténtico espíritu de solidaridad ayudando a los ricos y sanos a reconocer las dificultades de pobres y enfermos y ser más solidarios con ellos.
¿Por qué el mes de Ramadán no tiene fecha fija?
El calendario musulmán sigue el año lunar, con un ciclo de 354 día, 11 días más corto que el año solar. Los astrólogos musulmanes medievales estudiaron los ciclos de la luna para calcular con la mayor exactitud posible la fecha del Ramadán. Cada uno de los 12 meses del año lunar consta de 29 días, 5, horas, 5 minutos y 35 segundos. Los seis meses pares del año par son de 30 días en lugar de 29. El calendario se divide en ciclos de 30 años, en cada uno de estos períodos, hay 11 años en los que el último mes (Dhu al-Hiyra) consta de 30 días, de modo que estos años tendrían 355 días. Esto sitúa el calendario musulmán en concordancia con la luna (con una sola diferencia de tres segundos).
La órbita de la luna alrededor de la tierra dura aproximadamente 29,53 días, que es la duración media de un mes lunar, a medida que se desplaza alrededor de la tierra presenciamos las distintas fases de la luna. El Ramadán comienza con la luna nueva del noveno mes de este calendario lunar y termina con la luna nueva que origen al mes siguiente, recordando los ritmos naturales de la vida que se mueven desde la novedad hacia su plenitud.

La Biblia y sus libros

Check out this SlideShare Presentation:

EL CRISTO DEL SILENCIO

Platón decía en el décimo libro de las leyes que existía la divina providencia. También nos lo recuerda San Agustín (el que pasó de llevar una vida “moralmente distraída”, a ser un santo y un filósofo de esos muy inteligentes que hay en la Iglesia) en el libro octavo de su obra más famosa “La ciudad de Dios”. Para referirnos a la divina providencia, nosotros, los cristianos modernos, utilizamos refranes de antaño: “Dios escribe derecho con renglones torcidos” “A quien madruga Dios le ayuda” “Ayúdate y Dios te ayudará”... La providencia es la ayuda que Dios nos da cuando estamos necesitados. Sabemos que Dios no actúa con una varita mágica para concedernos codicias. Ya no somos niños. Lo hace a través de nuestras circunstancias, a través de nuestros conocidos, a través de nuestros amigos, a través de las situaciones que la vida nos va presentando. Sólo necesitamos tener una mirada capaz de sentir su mano tierna y generosa para descubrirlo. Pero en este mundo tan materialista, nos cuesta mucho ver más allá de lo que tenemos delante de nuestras narices. Aquellos que no ven lo llaman casualidad.

En muchos momentos nos gustaría ser Dios. Hacer y deshacer a nuestro antojo, pensando que seguro que lo hacemos todo mejor que él. El mundo que nos rodea es muy injusto en ocasiones, y solemos culpar a Dios por ello. Cuando algo nos sale mal, lo culpamos, y cuando nos sale bien, ni nos acordamos de Él. Solemos ser así de agradecidos. Pero Dios actúa con providencia con nosotros. Esta pequeña historia siempre me ha llamado la atención porque nos da una pincelada sobre la visión de Dios sobre las cosas, mucho más amplia que la nuestra, limitada por nuestro cuerpo y nuestros sentidos, pero que siempre podemos ser capaces de ver más allá, de descubrir como Dios se desvive por ti y por mí.

Había una Ermita en la que un Cristo era muy famoso y mucha gente iba a rezarle. Era la Ermita del Cristo del silencio. Un día también se acercó el ermitaño y muy piadoso se puso a rezar. En sus rezos le decía a Jesús: “Señor, quiero padecer por ti. Ojalá pudiera ocupar tu puesto en la cruz”. Se quedó mirando a la cruz, como esperando una respuesta cuando de repente, el Cristo comenzó a mover los labios, se dirigió a él y le dijo: “¿De verdad quieres ocupar mi puesto?” El ermitaño piadoso se sintió desconcertado al ver que el Cristo le estaba hablando, pero a pesar de su estado de confusión le contestó: “Si, quiero cambiarme por ti”. El Cristo le dijo: “Muy bien, ocuparas mi puesto durante el día de hoy, pero recuerda, pase lo que pase, veas lo que veas y oigas lo que oigas no debes hacer nada, debes guardar silencio. Esta es mi única condición”. El hombre se sintió muy afortunado y aceptó prometiendo cumplir su ordenanza. Se subió a la cruz y se mantuvo quieto y en silencio, mientras el Cristo se sentó en un banco pasando inadvertido a todos. Comenzó a llegar gente a la Ermita, pero nadie notó que el Cristo era diferente.

Apareció un ricachón con una gran bolsa de dinero y se puso a rezar. Al terminar sus oraciones, se dejó olvidada la bolsa en el banco en el que estaba sentado y se marchó.

Se presentó un pobre en la Ermita y se sentó en el banco en el que el ricachón se había dejado olvidada la bolsa. El pobre comenzó sus rezos, y al terminar cogió la bolsa de dinero olvidada y se la llevó.

Llegó también un joven que se sentó y comenzó a rezar para pedir su protección antes de emprender un viaje. En ese momento entró el ricachón que se había olvidado la bolsa y lo acusó de habérsela robado. El joven lo negaba una y otra vez, pero el ricachón llamó a la policía para denunciarlo. La policía se presentó en la Ermita y cuando iba a arrestar al joven, escucharon una voz que venía del Cristo crucificado que decía: “Detente. Él no ha sido, es inocente. Él no se ha llevado la bolsa con el dinero. Ha sido un hombre pobre”. El ermitaño piadoso que se hacía pasar por Cristo descendió de la cruz y les explicó todo lo sucedido ante los turulatos presentes. El rico se marchó anonadado de la ermita. El joven quedó libre y se marchó a prisa para emprender su viaje, y el ermitaño piadoso volvió a subirse a la cruz.

Cuando, por fin, se quedó vacía la ermita, el Cristo se dirigió al ermitaño piadoso diciéndole: “Baja de la cruz, no sirves para ocupar mi puesto. No sabes guardar silencio”. El hombre le dijo: “¿Por qué? ¿Acaso tenía que haber guardado silencio cuando he presenciado una acusación injusta a un joven inocente? Creo que he evitado una injusticia. He actuado bien”. El Cristo le dijo: “¿Es que no comprendes? Convenía que el rico perdiera la bolsa de dinero, pues con ella iba a pagar la virginidad de una niña. El pobre que se ha llevado la bolsa tenía necesidad del dinero e hizo muy bien en llevárselo, porque no tiene nada para comer, y esa bolsa le servirá para alimentar a su familia durante unas semanas. Por último, el joven muchacho debía de ser retenido en la ermita un tiempo, porque el barco en el que subió a bordo se está hundiendo ahora mismo en alta mar”.

La última cima


Inicio Película "La última cima" (4/6/10) PRÓXIMO 4 DE JUNIO EN CINES from infinitomasuno.org on Vimeo.